BY EMILIE SWEIGART | Julio 22, 2019.
«La corrupción en Venezuela mata». Con esa simple frase, Mercedes de Freitas explica claramente la importancia de su trabajo en un país que se está desmoronando de mil maneras diferentes. Como directora del capítulo venezolano de Transparencia Internacional desde su fundación en 2004, esta mujer de 58 años ha denunciado la corrupción en el ejército, en el poder judicial, en la empresa petrolera estatal PDVSA y en otros lugares —mientras desafía a una dictadura decidida a silenciarla.
El trabajo de Transparencia Venezuela, y el de la propia De Freitas, están prohibidos en los medios de comunicación estatales, por lo que ha llevado su mensaje a organismos internacionales como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos, donde ha explicado cómo la corrupción en Venezuela ha tenido un impacto social en el país, así como consecuencias en otros países.
En reconocimiento a sus años de trabajo anticorrupción bajo circunstancias extremadamente difíciles, el Anti-Corruption Working Group de AS/COA honra a De Freitas con su primer Premio Anual de Liderazgo Anticorrupción.
“Con el paso de los años, la complejidad y la dificultad para realizar mi trabajo se han acentuado”, dijo De Freitas a AQ. “La corrupción es cada día más sofisticada, flexible y amplia.”
Transparencia ha utilizado la tecnología para encontrar formas creativas de eludir la prohibición de facto del presidente Nicolás Maduro de hacer reportajes independientes y llegar directamente a los venezolanos. La organización ha diseñado iniciativas digitales que incluyen la plataforma de e-learning Campus Transparencia, una base de datos de información pública llamada Vendata y una aplicación de denuncia de corrupción llamada Dilo Aquí, que facilitan el acceso a los datos del gobierno y ofrece a los usuarios una forma de denunciar actos de corrupción. Actualmente, De Freitas y su equipo están construyendo una plataforma digital de verificación de datos y desarrollando un programa de capacitación para identificar noticias falsas.
De Freitas espera que, por ahora, la extensa colección de informes y datos de Transparencia que documenta la corrupción sea utilizada en cortes internacionales y por otras organizaciones. De Freitas dijo que Transparencia tendrá una gran cantidad de datos que pueden ser puestos en acción para ayudar a procesar a los corruptos en los tribunales venezolanos una vez que un sistema de justicia independiente regrese al país.
Hoy en día en Venezuela los miembros de la sociedad civil operan en un entorno en el que el gobierno encarcela y tortura a sus opositores políticos. De Freitas dijo que ella y sus colegas han recibido amenazas del estado venezolano durante varios años. La organización sigue protocolos de seguridad diarios y busca proteger su presencia en línea con un monitoreo permanente de ciberseguridad.
A medida que el impacto de la corrupción en la crisis humanitaria de Venezuela se ha hecho más claro, las estrategias de Transparencia también han cambiado, dijo De Freitas. La organización ha destacado cada vez más a los responsables de la corrupción, señalando a figuras como el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, y el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno.
En 2015, Transparencia comenzó a hacer un seguimiento de la corrupción en el más alto tribunal del país con la serie de investigaciones Suprema Injusticia, que analiza las decisiones judiciales que han violado la ley venezolana y perfila a los jueces que dictaron cada sentencia. En otros proyectos, Transparencia investiga la huella de corrupción en Venezuela del conglomerado brasileño Odebrecht, corrupción dentro de las empresas estatales y los efectos de la corrupción en las violaciones de derechos humanos.
La evolución de De Freitas hacia la lucha contra la corrupción surgió de su trabajo en la década de los noventa con organizaciones de la sociedad civil venezolana como Venezuela Competitiva y Mirador Democrático, donde promovió los derechos políticos y las elecciones libres a medida que el chavismo se fue imponiendo y consolidando su poder. Realizó su primer proyecto con Transparencia Internacional en 1998, monitoreando el gasto en anuncios de televisión durante la campaña presidencial en la que fue elegido Hugo Chávez. En 2003, De Freitas decidió “crear una organización con el objetivo central en la lucha contra la corrupción”, lo que llevó a la fundación de Transparencia Venezuela.
Desde sus inicios, Transparencia se ha enfrentado al progresivo desmantelamiento de la democracia venezolana. A medida que Maduro convirtió el régimen en una dictadura absoluta, las limitaciones —y los riesgos— para De Freitas y su equipo se agudizaron aún más. De Freitas afirmó que los líderes chavistas han acusado a la organización de ser “imperialista” y “enemigos del estado”. Según ella, un exjefe chavista del comité de contraloría de la legislatura ordenó dos investigaciones sobre Transparencia, alegando que los fondos de la organización fueron utilizados para “conspirar contra el gobierno”.
Todos los ojos están puestos en Venezuela mientras continúa la lucha de poder entre los partidarios de Maduro y la oposición. Cuando se le preguntó sobre el papel que Transparencia podría desempeñar en una eventual transición a la democracia, De Freitas dijo a AQ que ella y su equipo están listos. “Ya estamos preparando nuestras propuestas para construir un sistema institucional anticorrupción y antiimpunidad.”